Es un fruto originario de las regiones montañosas de Grecia, Siria, Turquía, Irán, Pakistán y Afganistán. Su cultivo se extendió al mundo Mediterráneo, bien conocidos hacia el final de los tiempos de la dominación romana (siglo VI d.C ); y ya en los comienzos del siglo XX se promueve su cultivo en los EE.UU., Australia, y Nuevo México.
El árbol alcanza una altura de 10 mts de altura que se desarrolla en zonas desérticas con alta tolerancia a suelos salinos, siendo en Argentina la Provincia de San Juan la que ofrece las mejores zonas agrícolas y climatológicas para el cultivo del pistacho. Se necesitan de siete a diez años para lograr una producción considerable.
El fruto es una drupa que contiene una semilla alargada recubierta por una cascara y esta a su vez cubierta por una piel carnosa fina.